El hostal es acogedor y tenía vistas preciosas, pero las puertas eran algo ruidosas.

Este lugar me va perfecto. Tienen wifi, un bar muy acogedor y un excelente servicio de guarda esquís. En mi primera estancia, el personal me ayudó a imprimir los billetes, lo que recordaré siempre. Volveré para otro viaje de negocios.

El desayuno fue una explosión de sabores, frutas frescas, bollería exquisita y zumo natural. Un detalle a mejorar son las puertas, que son un poco ruidosas. 😊

La calidad de los productos frescos en el desayuno, el ambiente acogedor, la atención de los anfitriones fue excepcional.

Teníamos unas vistas de infarto desde nuestra habitación! La atención de María Ángeles fue de diez, siempre recomendando los mejores lugares para comer, como el Restaurante Casa Pérez, donde probamos un requesón que nos dejó con ganas de más. Además, el desayuno fue espectacular, muy completo y con productos de calidad. La tranquilidad de Unha es otro plus que se agradece.

Realmente no hay nada a destacar como negativo, pero si tuviera que decir algo, ¡qué pena no haber podido quedarnos más de tres noches! Todavía queda mucho por explorar en el valle.

El hostal es un lugar acogedor y perfecto para familias. Las habitaciones son cómodas y ofrecen unas vistas geniales del valle. El desayuno estuvo riquísimo, con productos frescos, lo cual nos encantó a todos, especialmente a nuestra hija.

A mis hijos les hubiera gustado tener más espacio para jugar.

buenas experiencias con detalles mejorables

La atención de los anfitriones fue sobresaliente. siempre estaban dispuestos a proporcionar información útil sobre la zona. Las vistas desde la habitación eran impresionantes, lo que hizo que nuestra estancia fuera aún más placentera. Además, el desayuno ofrecía productos de calidad, y el hecho de que se pudiera disfrutar de tortillas o huevos hechos al instante añadió un toque especial.

Sin embargo, las puertas de las habitaciones eran algo ruidosas, lo que podría perturbar el descanso de algunos huéspedes.

la calidez de un hogar familiar y detalles únicos que te harán sentir especial

Hostal Escuils es simplemente encantador. La atención y amabilidad de los anfitriones te hacen sentir como en casa. La habitación era hermosa y acogedora, además de estar impecable. El desayuno, con productos locales, es un verdadero festín. Me encantó el jardín trasero, perfecto para relajarse después de un día de exploración. ¡Volveré sin duda!

La limpieza del lugar es excepcional, junto con el trato amable y cercano de la dueña, que siempre estaba dispuesta a ayudar. Desayunar entre frutas frescas y deliciosos panqueques tradicionales irlandeses fue un placer. Sin embargo, la señal de Wi-Fi no era muy buena en algunas áreas y el aparcamiento en la plaza puede resultar complicado en temporada alta. A pesar de esos detalles, definitivamente lo recomendaría.

La experiencia en Hostal Escuils fue excepcional. María, la anfitriona, fue increíblemente amable y se aseguró de que nuestra estancia fuese cómoda, ofreciendo información valiosa sobre los lugares a visitar. Las habitaciones eran acogedoras y estaban impecablemente limpias, con unas vistas preciosas. El desayuno, abundante y delicioso, incluía productos frescos que hacían la mañana aún mejor. La tranquilidad del lugar, combinada con la cercanía a restaurantes, lo convierte en un destino ideal para negocios y descanso.

Las puertas de las habitaciones eran un poco ruidosas.

La habitación era muy cómoda y acogedora. Las sábanas estaban nuevas y todo estaba super limpio, se notaba que miman cada detalle. El colchón era una maravilla y se dormía genial. Teníamos buenos hermosos decorados y hasta un pequeño obsequio por el cumpleaños de mi marido. Lo único que sonaban un poco las puertas, pero no fue un gran problema. La atención fue excepcional, María Ángeles realmente se preocupa por hacerte sentir como en casa.

El lugar es acogedor y súper limpio. La dueña te recibe como si fueras de la familia y hay acceso directo al parking. Además, el pueblo tiene un encanto que te deja con ganas de más.

La única pena es que me faltó un restaurante en el propio hotel, pero no me quejo. ¡pude hacer ejercicio caminando a cenar!